ASÍ SE HIZO LHSE (II): VIAJE A CANTABRIA


¡Patas arriba, esto es un atraco! Ponte a revisar todo el libro. Fase final de corrección. Uno acaba hasta los papeles.
¡Patas arriba, esto es un atraco!  Fase final de corrección del libro. Uno acaba del surf hasta los papeles.

Si en el primer capítulo se describió el fenomenal viaje a Gipuzkoa en busca de Íñigo Letamendía y otras osadías, en este se describe otro viaje fundamental para el libro la Historia del Surf en España (LHSE), realizado a principios de julio de 2011 a Cantabria. En esta ocasión no iba del todo a ciegas, había quedado previamente con Zalo Campa y Laura Revuelta, con los que ya había tenido un intenso contacto previo vía telefónica, videoconferencia y correo electrónico. El encuentro tendría lugar por la tarde en Somo, y para llegar allí tendríamos que cruzar en lancha desde Santander. ¿Cómo fue aquel encuentro? ¿Qué cosas aprendimos? Pero incluso antes, por la mañana: ¿qué cosas inconmensurables nos acontecieron en los tremendos pasajes, paisajes y paisanajes santanderinos? He aquí una breve memoria en imágenes en perspectiva mítica-literaria (si es que existe esto), con una expresión libre de ataduras académicas, camiseta en mano, viento en cara, horizontes dispersos, todo por la búsqueda de nuestra ola: la de los comienzos.

Principiemos por el principio. Viaje a la Polinesia sin salir de Santander.
Principiemos por el principio. Viaje a la Polinesia sin salir de Santander.
La sirena de Kanaloa. Retumban olas y caracolas. El surf ha nacido, pero en otro océano todavía desconocido y lejano.
La sirena de Kanaloa. Retumban olas y caracolas. El surf ha nacido, pero en otro océano todavía desconocido y lejano.
Muchos paisanos y visitantes se preguntan en Santander qué demonios hace una colonia de pingüinos por ahí en medio. Nadie o casi nadie conoce el verdadero secreto. Es hora de desvelarlo.
Muchos paisanos y visitantes se preguntan en Santander qué demonios hace una colonia de pingüinos por ahí en medio. Nadie o casi nadie conoce el verdadero secreto. Es hora de desvelarlo.
El surf tardó en llegar a Santander, dos mil años desde que la sirena de Kanaloa, en la otra parte del mundo, soplara la caracola del he’e nalu: el surf. Pero un día apareció Big Zeta por Santander, harto de Frío de Janeiro, donde ya conocían el arte de montar las olas. Eso ocurrió a mediados de los 60. Jesús Fiochi que era nadador lo vio llegar un buen día a la playa, y Big Zeta le contó su secreto.
El surf tardó en llegar a Santander, dos mil años desde que la sirena de Kanaloa, en la otra parte del mundo, soplara la caracola del he’e nalu: el surf. Pero un día apareció Big Zeta por Santander, harto de Frío de Janeiro, donde ya conocían el arte de montar las olas. Eso ocurrió a mediados de los 60. Jesús Fiochi que era nadador lo vio llegar un buen día a la playa, y Big Zeta le contó su secreto.
Aquí comenzó todo. Fiochi se lanzó al agua. Surf’s up!
Aquí comenzó todo. Fiochi se lanzó al agua. Surf’s up!
En la primera del Sardinero. Allí fue. ¿Pero cuándo exactamente? Unos decían que 1962, otros 1963, otros 1964, otros 1965.
En la primera del Sardinero. Allí fue. ¿Pero cuándo exactamente? Unos decían que 1962, otros 1963, otros 1964, otros 1965.
La respuesta podría estar en el fútbol, justo detras de la playa. Una pista: un partido de fútbol: Real Unión de Irún-Racing de Santander, años 60. La tabla de Fiochi vino en la baca del autobús del Racing. Su padre era directivo y Mr. Barland le llevó la tabla hasta Irún. ¿Pero cuándo se jugó ese partido? He ahí la clave de todo.
La respuesta podría estar en el fútbol, justo detras de la playa. Una pista: un partido: Real Unión de Irún-Racing de Santander, años 60. La tabla de Fiochi vino en la baca del autobús del Racing. Su padre era directivo y Mr. Barland le llevó la tabla hasta Irún. ¿Pero cuándo se jugó ese partido? He ahí la clave de todo.
Nos metemos en las oficinas del Rácing. Llamamos a una puerta:“Hola, soy tal que cual, ¿sabe usted si no sé qué no se cuanto en 1964, aproximadamente?”. “Ufff, chungo, niño”, me contestan. Y siguen: “¿Tú no sabes chavalote que los archivos del Rácing hasta entonces existentes se destruyeron en una inundación en los 70 en el viejo Sardinero?”. ¡Ostrás! Si yo no había nacido, creo. Pues esto no parece tan fácil, me digo a mí mismo. Total, que no me enrollo más, si alguien quiere saber todo el largo camino hasta conseguir datar exactamente cuándo comenzó el surf en Santander , no hace falta dar una rueda de prensa, solo hay que leer. Eso, todo el mundo a leer La Historia del Surf en España, un libro que puede usted adquirir en el puesto instalado en el hall del teatro.
Nos metemos en las oficinas del Rácing. Llamamos a una puerta:“Hola, soy tal que cual, ¿sabe usted si no sé qué no se cuanto en 1964, aproximadamente?”. “Ufff, chungo, niño”, me contestan. Y siguen: “¿Tú no sabes chavalote que los archivos del Rácing hasta entonces existentes se destruyeron en una inundación en los 70 en el viejo Sardinero?”. ¡Ostrás! Si yo no había nacido, creo. Pues esto no parece tan fácil, me digo a mí mismo. Total, que no me enrollo más, si alguien quiere saber todo el largo camino hasta conseguir datar exactamente cuándo comenzó el surf en Santander, no hace falta dar una rueda de prensa, solo hay que leer. Eso, todo el mundo a leer La Historia del Surf en España, un libro que puede usted adquirir en el puesto instalado en el hall del teatro.
La gente madruga por un lugar en la playa. El día es tremendo. Las olas en verano, ya se sabe... pero no estamos aquí para surfear. Nada de pequeñeces. Hemos venido en busca de una ola a la que no se puede acceder remando, sino a través de un remolque llamado imaginación. Esa es nuestra ola, la de los comienzos.
La gente madruga por un lugar en la playa. El día es tremendo. Las olas en verano, ya se sabe… pero no estamos aquí para surfear. Nada de pequeñeces. Hemos venido en busca de una ola a la que no se puede acceder remando, sino a través de un remolque llamado imaginación. Esa es nuestra ola, la de los comienzos.
Y hablando de los comienzos. STOP. Hay un hombre enfadado en medio del puente, con un palo tó largo entre las manos (y no es Nacho Vidal, es el de la foto) que no hay quien le entienda, ni él a nosotros. Me explico. Mientras el surf estaba naciendo en la Polinesia, en Hispania antigua... ojito con los cántabros, astures y vascones, que por aquí no entran ni romanos ni moros (eso si lo entendí). Me hice el Polibio y me dejó en paz. Al final llegó el surf y se tranquilizó la cosa. Pero con los años surgieron algunos tipejos acomplejados que jugando a creerse como ellos, pensaron que eran dueños de las olas. Y todo el mundo, o casi todo el mundo sabe que las olas se forman “tó lejos”, a miles de kilómetros a veces, y qué no pertenecen a mortal alguno.
Y hablando de los comienzos. STOP. Hay un hombre enfadado en medio del puente, con un palo tó largo entre las manos (y no es Nacho Vidal, es el de la foto) que no hay quien le entienda, ni él a nosotros. Me explico. Mientras el surf estaba naciendo en la Polinesia, en Hispania antigua… ojito con los cántabros, astures y vascones, que por aquí no entran ni romanos ni moros (eso si lo entendí). Me hice el Polibio y me dejó en paz. Al final llegó el surf y se tranquilizó la cosa. Pero con los años surgieron algunos tipejos acomplejados que jugando a creerse como ellos, pensaron que eran dueños de las olas. Y todo el mundo, o casi todo el mundo sabe que las olas se forman “tó lejos”, a miles de kilómetros a veces, y qué no pertenecen a mortal alguno.
Caminando por la calle yo te vi. Sí, la furgoneta de la paz. Carlos Beraza a la vista. Lo mismo que con Íñigo en Guipuzcoa (ver el primer capítulo), Beraza todavía no sabe que existo. Me presento en su tienda temprano, “amo a vé” si hay suerte. Hola, ¿está Carlos? Sí, pasa, al fondo, donde las tablas. Y ahí estaba. “Hola Carlos, ¿qué tal? Soy tas que cuá, vengo de tó lejos para conocerte, en busca de la ola de los comienzos”.
Caminando por la calle yo te vi. Sí, la furgoneta de la paz. Carlos Beraza a la vista. Lo mismo que con Íñigo en Guipuzcoa (ver el primer capítulo), Beraza todavía no sabe que existo. Me presento en su tienda temprano, “amo a vé” si hay suerte. Hola, ¿está Carlos? Sí, pasa, al fondo, donde las tablas. Y ahí estaba. “Hola Carlos, ¿qué tal? Soy tas que cuá, vengo de tó lejos para conocerte, en busca de la ola de los comienzos”.
Y Carlos que llevaba grabada la ola de los comienzos en su camiseta, me acogió con cariño e ilusión. Y yo además le traje un regalo. Una foto que había estado oculta 33 años en un álbum de fotos en la otra parte de la península. Una foto en la que sale él, su coche y su perra. Una imagen que volvía al lugar de origen, donde se había tomado, Cantabria: Casa Lola. Una foto tomada por el pionero malagueño Javier Gabernet y que gracias a él y a esta investigación salió por fin a la luz. Obsérvese la cara de sorpresa, alegría y añoranza, tal vez por su fiel animalito que asomaba la cabeza por la ventana del coche (no soy traductor de pensamientos, tan solo es lo que creo que está reflejando Carlos al mirar la foto). Estuvimos un ratazo hablando de muchas cosas. A la antigua, como solía ocurrir en las tiendas de surf antes de la llegada del ciberespacio, ahora ya se ve menos, el concepto de tienda de surf no como lugar únicamente de compra, sino de adquisición de conocimiento, de charlas y debates. Gracias Carlos.
Y Carlos que llevaba grabada la ola de los comienzos en su camiseta, me acogió con cariño e ilusión. Y yo además le traje un regalo. Una foto que había estado oculta 33 años en un álbum de fotos en la otra parte de la península. Una foto en la que sale él, su coche y su perra. Una imagen que volvía al lugar de origen, donde se había tomado, Cantabria: Casa Lola. Una foto tomada por el pionero malagueño Javier Gabernet y que gracias a él y a esta investigación salió por fin a la luz. Obsérvese la cara de sorpresa, alegría y añoranza, tal vez por su fiel animalito que asomaba la cabeza por la ventana del coche (no soy traductor de pensamientos, tan solo es lo que creo que está reflejando Carlos al mirar la foto). Estuvimos un ratazo hablando de muchas cosas. A la antigua, como solía ocurrir en las tiendas de surf antes de la llegada del ciberespacio, ahora ya se ve menos, el concepto de tienda de surf no como lugar únicamente de compra, sino de adquisición de conocimiento, de charlas y debates. Gracias Carlos.
Carlos Beraza (junto a Merodio) fueron de los primeros shapers de España, hicieron y comercializaron tablas en un tiempo cuando no había tiendas de surf en todo el país. Por entonces, el problema fundamental de la expansión del surf era la carestía de tablas. Todo un reto de imaginación y pericia el fabricarlas con la precariedad de materiales de calidad. He aquí a Beraza mostrando algunas reliquias de los comienzos. Todas los jueves podéis escuchar su predicción del mar en el programa de radio dirigido y presentado por Roberto Flores, Hemisferio Surf, a través de internet.
Carlos Beraza (junto a Merodio) fueron de los primeros shapers de España, hicieron y comercializaron tablas en un tiempo cuando no había tiendas de surf en todo el país. Por entonces, el problema fundamental de la expansión del surf era la carestía de tablas. Todo un reto de imaginación y pericia el fabricarlas con la precariedad de materiales de calidad. He aquí a Beraza mostrando algunas reliquias de los comienzos. Todas los jueves podéis escuchar su predicción del mar en el programa de radio dirigido y presentado por Roberto Flores, Hemisferio Surf, a través de internet.
Bueno, y llegó la hora. Embarcadero, día azul, travesía Santander-Somo. El autobús del mar. Un viajecito marinero y refrescante. Popa dejando atrás Santander.
Y llegó la hora. Embarcadero, día azul, travesía Santander-Somo. El autobús del mar. Un viajecito marinero y refrescante. Popa dejando atrás Santander.
Proa mirando hacia Somo, allí nos están esperando Zalo y Laura. ¡Qué emoción! Una cosa es el ciberespacio y otra vernos en persona. ¿Cómo será el encuentro?
Proa mirando hacia Somo, allí nos están esperando Zalo y Laura. ¡Qué emoción! Una cosa es el ciberespacio y otra vernos en persona. ¿Cómo será el encuentro?
Pues maravilloso. No hay otra palabra mejor.
Pues maravilloso. No hay otra palabra mejor.
Frente a la isla de Santa Marina, una de las mejores olas de Cantabria, rodeados de salitre. Zalo me lleva de viaje al tiempo primordial. Antes habíamos estado en la tienda X-peedin de Somo, fundada por Zalo y Laura en los 70, y que hacía poco habían traspasado, para llevar una vida más relajada en su casa de campo. Zalo y Laura desde aquella tienda dieron un impulso fundamental al surf, la organización de campeonatos, construcción de tablas y un largo etcétera que todos en la región saben de sobra.
Frente a la isla de Santa Marina, una de las mejores olas de Cantabria, rodeados de salitre. Zalo me lleva de viaje al tiempo primordial. Antes habíamos estado en la tienda Xpeedin de Somo, fundada por Zalo y Laura en los 70, y que hacía poco habían traspasado, para llevar una vida más relajada en su casa de campo. Zalo y Laura desde aquella tienda dieron un impulso fundamental al surf, la organización de campeonatos, construcción de tablas y un largo etcétera que todos en la región saben de sobra.
Paisajes de ensueño.
Paisajes de ensueño.
Zalo y Laura nos llevan a Casa Lola, bueno, los restos de aquel lugar, la primera estructura industrial de fabricación y venta de tablas en España (las Santa Marina, Jeronimo y Geronimo surfboards). Casa Lola —fundada inicialmente por Íñigo Letamendía, Raúl Dourdil, J.M. Merodio y Carlos Beraza (luego se uniría Zalo Campa), en los varios años de existencia durante los 70— se convirtió en un lugar de peregrinación de numerosos surfistas nacionales y del extranjero. Un lugar cosmopolita donde se compartían experiencias y conocimiento. Alegrías y diversión también, cómo no. Muchos viajeros fueron acogidos aquí, a pasar una noche o largas temporadas en el caso de shapers australianos, americanos o sudafricanos, que ayudaban en la fabricación de tablas. Del lugar original solo se conserva íntegramente la pista de tenis, como se ve en la foto, el resto es todo nuevo. El viejo caserío Casa Lola, se convirtió en el chalet que se ve arriba.
Zalo y Laura nos llevan a Casa Lola, bueno, los restos de aquel lugar, la primera estructura industrial de fabricación y venta de tablas en España (las Santa Marina, Jeronimo y Geronimo surfboards). Casa Lola —fundada inicialmente por Íñigo Letamendía, Raúl Dourdil, J.M. Merodio y Carlos Beraza (luego se uniría Zalo Campa), en los varios años de existencia durante los 70— se convirtió en un lugar de peregrinación de numerosos surfistas nacionales y del extranjero. Un lugar cosmopolita donde se compartían experiencias y conocimiento. Alegrías y diversión también, cómo no. Muchos viajeros fueron acogidos aquí, a pasar una noche o largas temporadas en el caso de shapers australianos, americanos o sudafricanos, que ayudaban en la fabricación de tablas. Del lugar original solo se conserva íntegramente la pista de tenis, como se ve en la foto, el resto es todo nuevo. El viejo caserío Casa Lola, se convirtió en el chalet que se ve arriba.
Zalo Campa con el trofeo de Campeón de España junior, ganado en 1971.
Zalo Campa con el trofeo de Campeón de España junior, ganado en 1971.
Trofeo en bronce que pesa lo suyo. La SNS (Sección Nacional de Surf) dirigida entonces por Pedro Martínez-Albornoz se lo tomaba en serio. En años posteriores se hicieron ya en madera. Entre 1981 y 1985, el destino llevaría a Zalo a ser el presidente de la SNS.
Trofeo en bronce que pesa lo suyo. La SNS (Sección Nacional de Surf) dirigida entonces por Pedro Martínez-Albornoz se lo tomaba en serio. En años posteriores se hicieron ya en madera. Entre 1981 y 1985, el destino llevaría a Zalo a ser el presidente de la SNS.
Inscripción en el trofeo auténtico.
Inscripción en el trofeo auténtico.
Zalo y Laura nos recibieron en su casa de maravilla. Ambos guardan numerosos documentos de la época. Aquí algunos recortes guardados por Laura.
Zalo y Laura nos recibieron en su casa de maravilla. Ambos guardan numerosos documentos de la época. Aquí algunos recortes guardados por Laura.
Archivo de Laura.
Archivo de Laura.
Archivo de Zalo. Campeonato en Somo, años 70.
Archivo de Zalo. Campeonato en Somo, años 70.
Zalo en la derecha de Santa Marina. En los primeros años del circuito nacional los cántabros dominaron.
Zalo en la derecha de Santa Marina. En los primeros años del circuito nacional los cántabros dominaron.
Y con la miel en los labios y con ganas de habernos quedado más tiempo, tras horas de conversación y bonitas sensaciones había que volver al embarcadero para tomar la última lancha a Santander. Zalo y Laura nos despiden mientras nos alejamos mar adentro. Gracias Zalo, gracias Laura.
Y con la miel en los labios y con ganas de habernos quedado más tiempo, tras horas de conversación y bonitas sensaciones había que volver al embarcadero para tomar la última lancha a Santander. Zalo y Laura nos despiden mientras nos alejamos mar adentro. Gracias Zalo, gracias Laura.
Y uno se vuelve meditabundo mientras cruza el mar, reconfortado por haber conocido a gente maravillosa y lugares inolvidables, masajeado por una sensación extraña y reparadora al mismo tiempo, la de haberse llenado de recuerdos que nunca vivió, pero que de tanto pensar en ellos parecen como si realmente uno hubiera estado allí de verdad. Tras este viaje a Cantabria y al tiempo de los comienzos, una nueva vida se inició en el por entonces proyecto en construcción La Historia del Surf en España, hoy ya, después de esfuerzo y dificultades, un libro consolidado con luz propia. Quizá pueda el lector del libro darse cuenta (no lo sé porque no tengo la perspectiva adecuada como autor) que gracias a estos encuentros, la generosidad y el cariño de la gente que te ayudaron a llegar a buen puerto, la obra es un homenaje a aquellos que vivieron y dieron vida al surf en sus comienzos, hoy todos ellos reunidos en una sola obra y convertidos en personajes de la historia social del deporte en España.
Y uno se vuelve meditabundo mientras cruza el mar, reconfortado por haber conocido a gente maravillosa y lugares inolvidables, masajeado por una sensación extraña y reparadora al mismo tiempo, la de haberme llenado de recuerdos que nunca viví, pero que de tanto pensar en ellos parecen como si realmente uno hubiera estado allí de verdad. Tras este viaje a Cantabria y al tiempo de los comienzos, una nueva vida se inició en el por entonces proyecto en construcción La Historia del Surf en España, hoy ya, después de esfuerzo y dificultades, un libro consolidado con luz propia. Quizá pueda el lector del libro darse cuenta (no lo sé porque no tengo la perspectiva adecuada como autor) que gracias a estos encuentros, la generosidad y el cariño de la gente que te ayudaron a llegar a buen puerto, la obra es un homenaje a aquellos que vivieron y dieron vida al surf en sus comienzos, hoy todos ellos reunidos en una sola obra y convertidos en personajes de la historia social del deporte en España. Daniel Esparza (Olo Surf History)
Un libro para deportistas y amantes de la historia. A la venta solo en Amazon (www.amazon.es)
Un libro para deportistas y amantes de la historia. A la venta solo en Amazon (www.amazon.es)
Aquí solo se habla de historia del surf
Aquí solo se habla de historia del surf

 

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