PEDREGALEJO 1972: JAVIER GABERNET ENCUENTRA A PEPE ALMOGUERA (Relatos de la historia del surf)

Málaga, primavera de 1972. Javier Gabernet, 16 años. Playa de las Acacias, paisaje asilvestrado. Paseo marítimo: no es ni un proyecto. Orillas abiertas, sin rastro de espigones. Javi mira desde la orilla. Olas. Algo se mueve detrás de la espuma. ¡Guau, alguien hace surf!

Es Pepe Almoguera. Javi no sabe que Pepe Almoguera es Pepe Almoguera: pionero del surf. Pepe Almoguera sí sabe que es Pepe Almoguera, pero no sabe que es pionero, ni que los libros de Historia hablarán de él, solo sabe que en su playa es el único que hace surf. Javi alucina: “esto lo tengo que hacer yo”.

—¡Qué va, olvídate! No hay tiendas de surf ni en Málaga ni en toda España —era mi voz dentro de 40 años.

—“¿Tiendas de qué?” —Nadie puede escuchar una voz 40 años antes. Por eso Javi hace como si no hubiera oído nada. ¡Chispazo! Un rayo de esperanza. Javi sabe de aeromodelismo. Manos a la obra. Se fabrica una tabla de surf de chapón hueca, la pinta en varios colores (fue a partir de aquí cuando se popularizó la famosa frase: “flipar en colores”). Obra de arte. Foto para la posteridad. A la playa, hay olas.

Calle Manuel de la Revilla. Javi sale de su casa con el armatoste bajo el brazo. Bañador puesto, descalzo. Baja por Juan Valera hasta Lauri. Cruza Juan Sebastián Elcano, pasa frente al Lope de Vega (Bobby Logan todavía es futuro), luego se desvía por el carril de la Bomba, se cruza con una patrulla de grises, le miran, le señalan, se ríen de él. Javi sigue caminando, salta la vía del tren. Llega al llano de arena. Esquiva unas cuantas cabras, se clava algunas piedras. Miguelito el cariñoso era ya cariñoso, pero todavía no era un restaurante. Allí solo hay arena, piedras. El Trompi le saluda mientras arregla su barca. Todos los pescadores saludan a los hombres de mar. Javi no sabe que ya lo es, pero lo es.

Pepe está en el agua. Siempre está en el agua. Ve llegar a Javi, pero no sabe todavía que se llama Javi, faltan 2 minutos. Se fija en el “bazoca” que lleva bajo el brazo. “Pero si es ese que me ha estado mirando todos estos días desde la orilla. ¿Qué diablos trae?” —Pepe no le quita ojo.

Javi entra en el agua y Pepe va a recibirlo. El «nuevo» le deja probar el bazoca al «veterano». Pepe rema y cabalga una ola. “¡Sí señor, este cacharro funciona!” Y Almoguera le deja a Gabernet su Barland, una tabla de verdad. Sin más tiempo que el que tarda una ola en llegar, Pepe le cuenta a Javi el secreto de cómo ponerse de pie. La Barland es grande, flota bien. Las olas son pequeñas: perfecto para principiar por el principio.

Es un gran día, como todos los días grandes de la Historia. Y Javi se pone de pie a la primera: avanza frenéticamente varios metros sobre las aguas antes de caerse. Pim, pam, pom: se incorpora de un salto tras el revolcón. Pepe se da cuenta: delfín frente a delfín. Maestro y discípulo se miran. Dos son ya un club. Cuando llegue el tercero serán un imperio. Ha nacido una estrella en Acacias Beach. Su nombre ya lo hemos dicho: Javier Gabernet.

*Relato basado en hechos reales.

Daniel Esparza (Olo Surf History)

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Javier, izquierda, con su tabla de chapón hueca recién fabricada, lista para usar. Pepe, derecha, con su Barland frente a su casa, en la playa de Las Acacias (Montaje: D. Esparza).
Libro Malaga Surf presentación
Los orígenes del surf en Málaga (en perspectiva comparada con el resto de España y Europa) explicados en profundidad. La historia de un tiempo y un lugar todavía asilvestrado. Más de 100 imágenes y documentos históricos.
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He aquí las dos primeras monografías académicas sobre historia del surf en Europa. Las primeras ediciones publicadas por la universidad de Olomouc están agotadas. En la foto: las portadas de las segundas ediciones, de venta exclusiva en Amazon.es.

Nos lo cuenta Asís Pazó «trinta anos despois»: Albores y lembranzas del Surf en Pontevedra

Texto de Asís Pazó (escrito en 2010)

PLAYA DE FOXOS (PONTEVEDRA) 1985,  de IZQ. A DCHA.:  Javier Campos, André Teixeira (Speedy), Lisardo Gálvez, José Pazó y Asís Pazó. Foto: cortesía de Asís Pazó.

Corría un lejano 1979 y de nuevo, como cada verano, nos volvíamos a reencontrar tras el interminable periodo invernal en el mágico arenal de Foxos. Como cada año, aquel caprichoso banco de arena en media luna, flanqueado a estribor por las ruinas de la torre vikinga que marcaba el límite de la rompiente en los días de maretón, daba guarda a la vieja ermita de Nosa Senhora da Lanzada, que nos reunía en su dorado manto de arena antigua.

Este año las sonrisas cómplices de los hermanos José y Asís Pazó, de Lisardo Gálvez, y Andrés Teixeira (Speedy) se fundieron con las alegrías del esperado reencuentro anual, al descubrir que sin premeditación previa, habíamos aumentado nuestro quiver hasta entonces compuesto exclusivamente por tablas de windsurf, por unos nuevos artefactos prácticamente desconocidos en las costas gallegas por aquellos tiempos:

Andrés, nuestro añorado amigo de Povoa do Varzim traía dos minúsculas fish-tail construidas en el garaje de su casa, mientras mi hermano José y yo habíamos podido adquirir en un viaje a Gijón dos “single fin” de segunda mano, la Santa Marina, un clon a escala de las guns de Jerry López, y la Natural Curves con formas redondas que apuntaban a los futuros tri-fins de la época, como el que Lisardo acabaría también encargando a Jaime Fernández en su pionera tienda de Gijón.

Un par de años antes, en 1977, mi hermano ya tuvo la ocurrencia de lanzarnos a intentar cabalgar las olas de la playa de Montalvo con una de las primeras tablas de Windsurf con forma de Malibú, que mi tío había traído de Francia. Desde aquel día y con el recuerdo de la tabla de porespan que mi padre había traído desde Los Angeles en 1971, en un primer intento vano por recrear en su Galicia el impacto que le produjo su estancia laboral en el apogeo “malibudiense” de los Beach Boys, el conjuro comenzó su gestación, para materializarse una década más tarde en aquel encuentro estival.

Fue por aquel entonces cuando nos encontramos en la playa con Fernando Lareo, exiliado de las costas coruñesas, junto con otros exiliados del Wind como Carlos Valdés (Tarifa) y Quique (El Pelao) primer poseedor de un mítico tablón construido en epoxi. Durante los años venideros todos compartimos olas en nuestra solitaria rompiente con Rafa Mucientes, Andrés (El espumeiro de León), el anónimo francés de la derecha, y con un extraño personaje con aspecto de despistado Lord inglés, hoy convertido en un pontevedrés de pro, el mítico Martin Rich, que por entonces andaba en Morey, y al que removimos el poso de su infancia en Cornwall estigmatizada por el roce en sus rodillas de los viejos pero primerizos tablones de la pérfida Albión. Al poco se nos unió un jovenzuelo llamado Juanjo Carballido (Joe) que depuraría para siempre su impecable estilo, esculpido en el portaviones del Pelao. También compartimos olas con Kalin, Rafa Trigo y Quique Virel también exiliados del wind y enganchados a sus corchos.

Jornadas interminables bañadas en tardes de sol, de lluvia, incluso de granizo en una época sin videos y con los picos vacíos de Foxos, La Lanzada y Montalvo, a nuestra entera disposición, sin apenas publicidad, y sin referencias de lo que años más tarde se convertiría en un deporte de moda, que se popularizaría rápidamente por las costas españolas. Muy pocos medios y una constante ilusión por pillar la ola de nuestros sueños en cualquier condición, incluyendo desde baños nocturnos en la mágica noche del Salto de las nueve olas en la Praia da Lanzada, hasta surfaris inolvidables como el de Asís y Lisardo a la Cuba de 1986 con las tablas bajo el brazo, examinadas meticulosamente por los aduaneros cubanos que no recordaban haber visto artefactos semejantes desde la época de Batista.

Hoy es difícil comprender, que el simple hecho de que alguien llevase un ejemplar del Surfer Magazine o de la revista Surfing a la playa constituía una auténtica fiesta mientras esperábamos la marea propicia, en una época en la que los trajes de neopreno eran de ínfima calidad, los inventos se rompían constantemente, y la parafina casera eran de uso común, debido a la inexistencia de comercios dedicados a nuestra pasión. Fueron años de intensas emociones en los que la aparición en nuestras playas de cualquier surfista de fuera, constituía un auténtico acontecimiento alejado de cualquier noción de localismo, sumidos en la curiosidad de los bañistas y las miradas furtivas de los pescadores que aún faenaban cerca de las rompientes, en aquellos años lejanos en los que en las playas, sin balizar y prácticamente salvajes, adolecían incluso de socorristas, función que muchas veces nos tocó desempeñar.

Aquel grupo inicial en el que todos nos conocíamos se fue ampliando y a la vez disgregando poco a poco. Algunos comenzamos nuestros surfaris locales con inolvidables excursiones a las playas portuguesas de Moledo, Ancora y Afife, las barridas por la Costa da Morte y las primeros baños en Tapia de casariego, Zarautz, Gros y Mundaka.

Fue precisamente en 1985 cuando yendo a unos de estos Surfaris nos topamos en Povoa con el trágico fallecimiento de Andrés Teixeira en accidente de tráfico. Durante años se realizó en Portugal el campeonato más importante de este país dedicado a su memoria (Campeonato Speedy)

Más tarde nuevas generaciones de surfistas se fueron incorporando y una nueva hornada fue llegando, Alberto Barreiro, Carlos Cons, Pampin, Julián, Pelanas, Fernando Calvo, Yago Barreiro, etc… y el grupo se fue ampliando, comenzando a echarse la gente incluso en pleno invierno, con una evolución natural que desemboco en tiempos ya recientes en surfers de alto nivel como Yago Chamorro, Pipo Dominguez, o el propio Milo Castelo que apadrinado por nuestro entrañable Martin Rich, lanzábamos al aire en la rompiente cuando no levantaba más de tres palmos del suelo. El surf evolucionó, y con esta evolución llegaron también los primeros comercios en Pontevedra, los primeros campeonatos, las primeras escuelas…

Aún hace relativamente pocos años la casualidad y los hados, hicieron que aquel grupo original se reencontrara en un baño mítico e inolvidable por su perfección, y por la compañía, en la Praia das Furnas, que todos recordamos con nostalgia.

Algunos renunciamos pronto a la competición y a las modas para centrarnos en la práctica más clásica y espiritual del Longboard, otros dedicaron todo su empeño al surf más moderno y radical, y otros, aún a su pesar, dejaron de echarse al agua tal vez para siempre.

Ahora, treinta años después [más de 40 años después], con las aletas de nuestras tablas bañadas literalmente por el agua de los siete mares, y con muchos de nuestros míticos sueños tropicales cumplidos, y ya pasando la cincuentena, aún nos asomamos al verde azulado de nuestros queridos picos locales con la misma emoción del primer día, confiando en que Breogan nos otorgue por fin el regalo de esa ola perfecta, que en compañía del espíritu de nuestros mejores camaradas, se convertirá en la ansiada mejor ola de toda nuestra vida, que siempre estará por llegar.

Asís Pazó (2010)

Olo Surf History agradece la colaboración de Asís Pazó

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PEDREGALEJO 1972: JAVIER GABERNET ENCUENTRA A PEPE ALMOGUERA (Relatos de la historia del surf)

Málaga, primavera de 1972. Javier Gabernet, 16 años. Playa de las Acacias, paisaje asilvestrado. Paseo marítimo: no es ni un proyecto. Orillas abiertas, sin rastro de espigones. Javi mira desde la orilla. Olas. Algo se mueve detrás de la espuma. ¡Guau, alguien hace surf!

Es Pepe Almoguera. Javi no sabe que Pepe Almoguera es Pepe Almoguera: pionero del surf. Pepe Almoguera sí sabe que es Pepe Almoguera, pero no sabe que es pionero, ni que los libros de Historia hablarán de él, solo sabe que en su playa es el único que hace surf. Javi alucina: “esto lo tengo que hacer yo”.

—¡Qué va, olvídate! no hay tiendas de surf ni en Málaga, ni en toda España —era mi voz dentro de 40 años.

—“¿Tiendas de qué?” —Nadie puede escuchar una voz 40 años antes. Por eso Javi hace como si no hubiera oído nada. ¡Chispazo! Un rayo de esperanza. Javi sabe de aeromodelismo. Manos a la obra. Se fabrica una tabla de chapón hueca, la pinta en varios colores (fue a partir de aquí cuando se popularizó la famosa frase: “flipar en colores”). Obra de arte. Foto para la posteridad. A la playa, hay olas.

Calle Manuel de la Revilla. Javi sale de su casa con el armatoste bajo el brazo. Bañador puesto, descalzo. Baja por Juan Valera hasta Lauri. Cruza Juan Sebastián Elcano, pasa frente al Lope de Vega, luego se desvía por el carril de la Bomba, se cruza con una patrulla de grises, le miran, le señalan, se ríen. Javi sigue caminando, salta la vía del tren. Llega al llano de arena. Esquiva unas cuantas cabras, se clava algunas piedras. Miguelito el cariñoso era ya cariñoso, pero todavía no era un restaurante. Allí solo hay arena, piedras. El Trompi le saluda mientras arregla su barca. Todos los pescadores saludan a los hombres de mar. Javi no sabe que ya lo es, pero lo es.

Pepe está en el agua. Siempre está en el agua. Ve llegar a Javi, pero no sabe todavía que se llama Javi, faltan 2 minutos. Se fija en el “bazoca” que lleva bajo el brazo. “Pero si es ese que me ha estado mirando todos estos días desde la orilla. ¿Qué diablos trae?” —Pepe no le quita ojo.

Javi entra en el agua y Pepe va a recibirlo. El «nuevo» le deja probar el bazoca al «veterano». Pepe rema y cabalga una ola. “¡Sí señor, este cacharro funciona!” Y Almoguera le deja a Gabernet su Barland, una tabla de verdad. Sin más tiempo que el que tarda una ola en llegar, Pepe le cuenta a Javi el secreto de cómo ponerse de pie. La Barland es grande, flota bien. Las olas son pequeñas: perfecto para principiar por el principio.

Es un gran día, como todos los días grandes de la Historia. Y Javi se pone de pie a la primera: avanza frenéticamente varios metros sobre las aguas antes de caerse. Pim, pam, pom: se incorpora de un salto tras el revolcón. Pepe se da cuenta: delfín frente a delfín. Maestro y discípulo se miran. Dos son ya un club. Cuando llegue el tercero serán un imperio. Ha nacido una estrella en Acacias Beach. Su nombre ya lo hemos dicho: Javier Gabernet.

*Relato basado en hechos reales.

Daniel Esparza (Olo Surf History)

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Javier, izquierda, con su tabla de chapón hueca recién fabricada, lista para usar. Pepe, derecha, con su Barland frente a su casa, en la playa de Las Acacias (Montaje: D. Esparza).

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Los orígenes del surf en Málaga (en perspectiva comparada con el resto de España y Europa) explicados en profundidad. La historia de un tiempo y un lugar todavía asilvestrado. Más de 100 imágenes y documentos históricos.

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He aquí las dos primeras monografías académicas sobre historia del surf en Europa. Las primeras ediciones publicadas por la universidad de Olomouc están agotadas. En la foto: las portadas de las segundas ediciones, de venta exclusiva en Amazon.es.

La historia del surf en dos libros únicos

cropped-4-copia-2.jpgOlo Surf History presenta los dos únicos libros académicos publicados hasta la fecha en toda Europa sobre la historia del surf. La primera edición de la Historia del Surf en España y de la Historia del Surf en Málaga, publicadas por la Universidad de Olomouc, se agotaron enseguida. Ahora, la segunda edición ha sido publicada por Olo Surf History a través de Amazon, para que pueda llegar a todos los lectores de cualquier parte del mundo. Está alcanzando gran reconocimiento por el trabajo inmenso allí recogido, habiendo sido reseñados muy positivamente en blogs, revistas deportivas, culturales y de ocio, pero sobre todo en revistas científicas, entre ellas la más prestigiosa en el ámbito de la historia del deporte: The International Journal of History of the Sport.

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Primera edición de la Universidad de Olomouc agotadísima. Ahora ya disponible la segunda edición en Amazon.es

Como curiosidad de la intrahistoria del cine, el libro la Historia del Surf en España sirvió de base para construir el guión del documental la Primera Ola. Son libros únicos que no solo recogen la historia del surf en España y Málaga, sino que hacen un recorrido previo desde los orígenes del surf en la Polinesia hasta llegar a España (pasando por EEUU, Perú, Australia, Reino Unido, Portugal y Francia).

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Foto donada a Olo Surf History por una lectora tras recibir en casa la segunda edición de la Historia del surf en Málaga. Un buen regalo para sus amigos.

Con respecto al libro de Málaga, se trata de un caso excepcional, núcleo pionero del Mediterráneo, que sorprenderá a muchos por su alto valor para la historia social, y por ser un caso engarzado en las sinergias de la España del final del franquismo, la guerra fría, y la transición democrática. En definitiva: dos libros recomendados para un viaje extraordinario al tiempo de los comienzos.

Si eres lector nuestro y te han gustado los libros, recomiéndalos para que otros los conozcan. No solo se vive de videos, imágenes y música. Leer nos hace crecer (y creer). Hable de nosotros. Gracias.

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Portada y contraportada Surf Espana solo
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