¡Patas arriba, esto es un atraco! Ponte a revisar todo el libro. Fase final de corrección. Uno acaba de surf, hasta los papeles.
La Historia del surf en España(LHSE) es el primer libro de historia que trata en su conjunto los comienzos y consolidación del surf en España. Han sido muchos años de ratilla de biblioteca, hemeroteca, oficina, entrevistas, vorágine de llamadas telefónicas, mensajes electrónicos, videoconferencias y lo mejor de todo: los viajes. En esta sección de “Así se hizo LHSE” se pretende sacar a la luz la intrahistoria del libro, aquello que no aparece en la obra y que quizá sea lo más atractivo para el que investiga y suda la camiseta en el silencio de los codos hincados, ese momento prodigioso en el que uno abandona su incómoda silla chillona, se pone sus zapatos zapatosos y sale a recorrer el mundo mundoso: así es, el trabajo de campo, la salida al salitre, el contacto directo con los protagonistas, con los escenarios primordiales de los comienzos.
A través de imágenes tomadas en esos viajes, y que no tienen que ser necesariamente de surf, se describirán meditaciones y momentos interesantes para el que aquí suscribe, un servidor, con el mejor de mis deseos para los que pudiendo hacer tantas cosas en la vida, se han puesto a leer esto, todo un mérito. A diferencia del libro con un lenguaje más académico y riguroso, aquí uno se quita la camiseta al viento y se libera con un “de tú a tú”, sin pequeñeces. Hoy será Gipuzkoa, pasado Cantabria, otro día Gran Canaria, otro Málaga, otro Bizkaia, otro Barcelona. Mientras uno tenga energía y ganas de contar cosas de mar y olas… popa en vela a todo viento, que es casi lo mismo. He aquí el primer capítulo de una serie de viajes que fueron importantes para completar el libro. Éste que aquí se describe ocurrió a finales de junio de 2011.
En Málaga nací y crecí, pero ahora vivo “tó lejos”, en un lugar en medio del continente. La alegría de volver a ver el mar hay que vivirla, no se cuenta. Y de repente estamos en San Sebastián. Foto desde la habitación del hotel Avenida, finales de junio de 2011. Veo la Concha ahí en medio que parece un lago suizo, y me viene a la mente los hermanos Arteche. En esa playa se probaron las primeras tablas de surf caseras de Gipuzkoa, allá por 1964. Hecha la foto, me voy a la calle a recorrer la ciudad de pe a pa.Caminata preciosa por la Concha, el puerto y de repente uno llega al fondo del fondo, al acuario de Donosti. Un descenso a las profundidades. Es tremendo, pero claro, uno se pone a pensar y se pregunta si no estaría mejor ese enorme animalito por ahí en el mar abierto.Hablando de animales, en la otra punta of the city, Anoeta. Nadie es perfecto. ¿Qué maldición me habrán echado, que naciendo a mil kilómetros al sur, en la parte opuesta de la península, uno se hizo de la Real? Pero ya estoy curado.He aquí los pecadores, mis amigos: Arconada, López Ufarte, Zamora, Satrústegui y demás a los que solía ver cada año en la Rosaleda (solo iba a ver a la Real, el resto me daba igual), y los problemas que me daban cuando marcaban. “Niño, te vamos a cortar la mano”, me decían mis paisanos malacitanos cuando yo saltaba de alegría gritando Gooooool. Mi padre amortiguaba los insultos: “Illo, dejadlo tranquilo que es un niño y no sabe lo que dice, joé”. La Real era la Real. Foto tomada en el museo de la Real.En San Sebastián uno se puede ir de pintxos o de copas. He aquí un ejemplo de lo segundo, las dos de Liga que ganó la Real a principio de los 80. Todavía hay gente que daría positivo en un control por el efecto de éstas. Foto tomada en el museo.Donde dice Bravo yo veo Arconada. Foto tomada en el vestuario de Anoeta.Anoeta… yo qué sé… como en los tiempos de Atocha… eso sí que eran encerronas. Rueda de prensa tontuna. “Dejo el furbo”. Un exitazo, no había nadie en la sala.Fin del día, mañana a buscar a Letamendía.Vamos a ver, esto hay que explicarlo. Mejor no. Si nos vemos, y me preguntas, igual te cuento y ya lo vamos viendo, pero lo cierto es que antes de Zarautz (donde está Íñigo), había que pasar primero por Guetaria, para despistar.Claro, que tampoco es casualidad lo de Guetaria, hay algo allí también. Ahí nació Juan Sebastían Elcano que acabó convirtiéndose en el capitán de la expedición de Magallanes y el primero en dar la vuelta al mundo con los otros 17 sobrevivientes. He aquí el comienzo del libro La Historia del Surf en España: de Magallanes a los años 80. Los españoles fueron los primeros europeos en navegar el Pacífico y la Polinesia. ¿Fueron por tanto los primeros en contemplar el surf? Es una pregunta. A leer el libro, todo el mundo a leer. Esos Rodaballos bien puestos. Dile tú a uno de estos que no.¿Quién iba a saber que aquí en Guetaria se rodaría poco después parte de la película más taquillera de la historia del cine español: 8 apellidos vascos? El plan va bien. Ya estamos en Zarautz. Por cierto, Íñigo Letamendía no tiene ni idea de que existo. Todo es pura improvisación. Me paso por su tienda Pukas, preguntó por él, no está, lo llaman por teléfono a su casa, habló con él, “quién será el pesao este”, lo leo en su voz. Pero como he venido de “tó lejos”, lo saco del sofá, se coge la bici y……mientras llega, me da tiempo a mirar desde fuera el restaurante de Arguiñano y contemplar la playa lluviosa desde el paseo. Me quedo mirando y me digo en plural: Aquí se celebraron los primeros campeonatos de la historia del surf en España. Aquellos legendarios que organizaba Nito Biescas, y que tantos buenos recuerdos traen a los que participaron, por el gran ambiente que se formaba, más bien como congreso que como campeonato, lo importante era reunirse, conocerse, celebrar el surf, sin más. De hecho pregunto por Nito, en la oficina de turismo, y me dicen que ya no está, pero que se acuerdan perfectamente de él. Grandes tiempos que no vuelven más.... y por fin, ha llegado el momento, en un pis-pas aparece Íñigo con la bici. ¿Qué tal? ¿Qué tal? Al verme se dice a sí mismo, “bien, menos mal, éste no parece tan friki”, se lo leo en sus ojos (pero a lo mejor soy mal traductor). Hablemos de historia. Le pregunto cosas, le enseño fotos antiguas, me cuenta una pechá de recuerdos. Los apunto. Misión cumplida, no todos los días alguien que viene de «tó lejos» se encuentra con Íñigo Letamendía y aprende cosas. Gracias Íñigo.Pero aún hay más. De repente aparecen Adur Letamendía e Ibón Amatriain. Cosas que pasan si estás por allí. La primera vez que oí hablar de Ibón fue en 1990 en el 3sesenta n. 15 cuando se fueron a Hawái y publicaron un reportaje que era (por entonces) como ir a la luna. Y ellos unos dioses. Entre tamañeros un servidor tó contento.Aquí Adur repetido: mirando a la cámara por una parte, y por otra en la señora ola, que vaya usted a cogerla si puede… al final le alcanzó y tiene mérito el revolcón. Buena charla inspiradora.El peine del viento o el símbolo del Euro, hay que analizarlo.